lunes, 2 de mayo de 2011

El mañana nunca muere 1997

El gran magnate de los medios de comunicación Elliot Carver tan sólo precisa hacerse con los derechos de emisión en China para completar su emporio global. Para conseguirlo desarrolla un maquiavélico plan para hacer estallar una guerra entre Gran Bretaña y China, mediante el hundimiento de un buque de guerra inglés. James Bond se embarcará en una misión contrareloj para descubrir quién está detrás del peligroso incidente.
Tras un excelente prólogo, aunque también tras una canción a mi gusto floja, la nueva aventura de Bond se desarrolla con un ritmo constante y bueno, repleto de dinamismo, con unas chicas Bond correctas, aunque sin sobresalir, y con unas secuencias de acción de muy buena calidad: el prólogo, la escapada de Bond en la fiesta de Carver, la siguiente escapada del tiroteo en sus oficinas, el aparcamiento, la moto en China...

Brosnan siguió manteniendo su interpretación ni siquiera en segunda posición, sino a la misma altura de Connery, lo que se agrdece y mucho.

Pero lo que de verdad molesta en el filme es un malo realmente desechable, ridículo incluso que sin duda para mí pasa a ser uno de los peores malos de Bond.

Aún con un 8 de nota, podría haber sido una entrega tan ejemplar como la anterior ("Goldeneye"), pero sin duda es un buen ejemplo en la saga Bond, una de sus mejores películas realmente, y además te sirve si quieres pasar un rato evadido y entretenido, sin absolutamente ningún punto muerto, reconociendo giños de películas anteriores y divirtiéndote.

DIRECTOR Roger Spottiswoode

GUIÓN Bruce Feirstein (Personaje: Ian Fleming)
MÚSICA David Arnold
FOTOGRAFÍA Robert Elswit
REPARTO Pierce Brosnan, Michelle Yeoh, Jonathan Pryce, Teri Hatcher, Nuri Mediavilla, Judi Dench, Joe Don Baker, Götz Otto, Desmond Llewelyn, Samantha Bond

No hay comentarios:

Publicar un comentario